La situación actual de la profesión veterinaria en España parece crítica, algo que, aunque no es nuevo, han puesto de manifiesto diversos indicadores que hemos podido conocer en los últimos meses. Ya en la encuesta del Instituto Nacional de Estadística del 2015 los veterinarios eran los titulados peor pagados de España, situación que denunció la Conferencia Empresarial Veterinaria Española. En los resultados del segundo trimestre del año 2016, últimos datos disponibles, vuelven a ser los titulados con menor remuneración, cobrando 1.110,56 euros menos que la media del resto de profesionales sanitarios en España. Los únicos profesionales peor pagados que los veterinarios españoles son los de los sectores de servicios a edificios y actividades de jardinería, servicios de comida y bebidas, actividades de servicios sociales sin alojamiento y actividades deportivas, recreativas y de entretenimiento; siendo de destacar que no se requiere titulación universitaria para ninguno de ellos.
Estos datos, unidos a la ausencia de convenios laborales en la inmensa mayoría de las provincias españolas y al excesivo número de graduados en veterinaria anualmente en España, llevan a estos titulados a una preocupante precariedad laboral; con excesivas horas de trabajo, sueldos bajos, subempleo y condiciones laborales muy duras y estresantes. Por este motivo, se ha puesto en marcha una petición de firmas para solicitar la creación de convenios laborales para la profesión a distintos Colegios Profesionales.
¿Un MIR para los veterinarios mejoraría su situación?
Por otra parte, Juan José Badiola, presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios, reclama la introducción de los veterinarios en el sistema MIR, al igual que ocurre con otras profesiones sanitarias; como médicos, psicólogos, enfermeros o farmacéuticos. El grado en veterinaria sigue teniendo una duración de cinco años tras la implantación del plan Bolonia y además sus titulados son garantes de salud pública. Por estos mismos motivos, se solicita y considera necesaria la formación de un área multidisciplinar en salud pública, integrada por veterinarios y farmacéuticos además de por médicos, dando así a los veterinarios el prestigio y valor que merecen.
La imagen de los veterinarios en la sociedad se encuentra muy desacreditada, sin otorgarles la importancia que éstos tienen para la salud pública y la sanidad animal. Ya hablamos hace poco de la creencia extendida de que el veterinario debe correr con los gastos de los animales abandonados, o incluso debe regalar sus servicios si el cliente no tiene posibilidades económicas. La subida del IVA de los servicios veterinarios al 21 % en septiembre de 2012, cuando el resto de servicios sanitarios se encuentran exentos de IVA, contribuye a la falsa creencia de que el precio que un veterinario cobra por sus servicios es elevado. Aunque en octubre de 2016 se aprobó una proposición no de ley para reducir el IVA de nuevo a un 10 %, aún no se ha llevado a cabo.
Confiamos en que las instituciones públicas contribuyan a mejorar la situación actual de la esta profesión en España, otorgando a sus profesionales el reconocimiento y valía que merecen.
La situación actual de la profesión veterinaria en España parece crítica, algo que, aunque no es nuevo, han puesto de manifiesto diversos indicadores que hemos podido conocer en los últimos meses. Ya en la encuesta del Instituto Nacional de Estadística del 2015 los veterinarios eran los titulados peor pagados de España, situación que denunció la Conferencia Empresarial Veterinaria Española. En los resultados del segundo trimestre del año 2016, últimos datos disponibles, vuelven a ser los titulados con menor remuneración, cobrando 1.110,56 euros menos que la media del resto de profesionales sanitarios en España. Los únicos profesionales peor pagados que los veterinarios españoles son los de los sectores de servicios a edificios y actividades de jardinería, servicios de comida y bebidas, actividades de servicios sociales sin alojamiento y actividades deportivas, recreativas y de entretenimiento; siendo de destacar que no se requiere titulación universitaria para ninguno de ellos.
Estos datos, unidos a la ausencia de convenios laborales en la inmensa mayoría de las provincias españolas y al excesivo número de graduados en veterinaria anualmente en España, llevan a estos titulados a una preocupante precariedad laboral; con excesivas horas de trabajo, sueldos bajos, subempleo y condiciones laborales muy duras y estresantes. Por este motivo, se ha puesto en marcha una petición de firmas para solicitar la creación de convenios laborales para la profesión a distintos Colegios Profesionales.
¿Un MIR para los veterinarios mejoraría su situación?
Por otra parte, Juan José Badiola, presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios, reclama la introducción de los veterinarios en el sistema MIR, al igual que ocurre con otras profesiones sanitarias; como médicos, psicólogos, enfermeros o farmacéuticos. El grado en veterinaria sigue teniendo una duración de cinco años tras la implantación del plan Bolonia y además sus titulados son garantes de salud pública. Por estos mismos motivos, se solicita y considera necesaria la formación de un área multidisciplinar en salud pública, integrada por veterinarios y farmacéuticos además de por médicos, dando así a los veterinarios el prestigio y valor que merecen.
La imagen de los veterinarios en la sociedad se encuentra muy desacreditada, sin otorgarles la importancia que éstos tienen para la salud pública y la sanidad animal. Ya hablamos hace poco de la creencia extendida de que el veterinario debe correr con los gastos de los animales abandonados, o incluso debe regalar sus servicios si el cliente no tiene posibilidades económicas. La subida del IVA de los servicios veterinarios al 21 % en septiembre de 2012, cuando el resto de servicios sanitarios se encuentran exentos de IVA, contribuye a la falsa creencia de que el precio que un veterinario cobra por sus servicios es elevado. Aunque en octubre de 2016 se aprobó una proposición no de ley para reducir el IVA de nuevo a un 10 %, aún no se ha llevado a cabo.
Confiamos en que las instituciones públicas contribuyan a mejorar la situación actual de la esta profesión en España, otorgando a sus profesionales el reconocimiento y valía que merecen.